sábado, 30 de enero de 2010

Recuento.

Luego de un tiempo sin publicar en la bitácora, pasaré a comentar los hechos más importantes.

Terremoto en Haití.

Destruido institucionalmente, y ahora demolido físicamente, Haití tiene las posibilidades más grandes para reformar el país. El terremoto, que había barrido con las construcciones de la zona, ofrece un pacto entre los políticos, los pocos empresarios que quieran arriesgarse a vender en ese mercado (casi nadie tiene poder de adquirir cosas, y menos trabajo) pequeño, y los trabajadores. El país debe soltarse de esa herencia corrupta de más de medio siglo (sí, mucho antes que los Duvalier).

Pero lograrlo será difícil. Hay desesperación en todos los miembros:

Los pobladores porque no hay que comer, y los pocos que tienen dinero, sufren porque los alimentos están encarecidos. Hay un gran riesgo de ser asaltados por otros porque también lo perdieron todo. Sienten que la ayuda que llega es insuficiente o llega a cuentagotas, y que para cuando les llegue ya estarán en la Morgue.

El gobierno, que no se hace respetar junto a sus instituciones (que ya no las tiene porque no actuaron como debieron, y ahora están soterradas) y que el esmirriado poder que tuvo apenas sirve para mantener a raya (y eso) a los saqueadores que se agolpan por alzar las manos y tener de donde robar en los camiones de ayuda.

Escuadrones de ayuda, quienes sienten que cada minuto perdido puede significar una vida menos que salvar. O incluso su vida si deben repartir alimentos, si conducen carros (con amplias posibilidades de ser asaltados) cargando ayuda humanitaria.

Este caos permite que uno actúe irracionalmente, llevándoles a la desesperación colectiva y que el proceso sea lentísimo. Pero si debe pasar décadas para que Haití resurja, y que el desastre les permita reflexionar y tomar mejores decisiones que hasta ese momento, el terremoto ha sido una bendición.

Piñera, el Señor Presidente.

Leyendo Cuentos Chinos, de Andrés Oppenheimer, me convencí que los países más desarrollados son quienes hacen planificaciones a largo plazo. Y en este caso, gane quien gane no creo que la política de Frei o de Piñera hubiese variado del todo, o al menos en algo notable ¿Cómo se explica esto? Si con cada elección, un país cambiase de rumbo ideológico-económico diferente, entonces no se llega a ningún lado (es como que A empuje un cubo a la izquierda, se vaya y que B empuje a la derecha, luego A vuelve y haga lo mismo, alternándose y moviendo el cubo exactamente en la misma posición) mientras que otros países que planificasen un rumbo, fuese cual fuese, lo tienen claro, definido y con pasos a seguir.

Y se aplica lo mismo para las relaciones exteriores, salvo que hayan imprevistos. Si tu meta es llevarte bien con tu vecino porque no tienen mucho que ganar enemistados, al menos por ahora, entonces pase el tiempo que pase, se llevará bien con él hasta que sienta escozor tenerlo a su lado, haya alguna provocación difícil de ignorar, o porque es parte de tu plan. Una hipótesis que Chile pueda tener acerca de relacionarnos con ellos sea el tener acuerdos económicos, aprovecharlos al máximo (aquí hay un mercado pujante difícil de no oír) y tenernos más cerca para prevenir ataques si surge algún "líder" (eso de prevenir es un eufemismo) que vea en Chile como un invasor camuflado y que debe ser desarraigado lo más pronto posible.

Hasta entonces, sólo queda ver como va con el presidente de Chile, Piñera, y el fallo de la Corte Internacional de La Haya.

Asesinato de Elizabeth Vásquez.

Escandaloso, por decirlo menos, son los continuos asesinatos que ocurren en la calle. Pactos de sangre, ajuste de cuentas, robos, extorsiones entre otros, se nos hacen comunes y nos volvemos más un retrato de la imposibilidad de asimilar al sector más desempleado de la sociedad y a los ex criminales, quienes ven en el crimen como un hogar, un modo de vida y una filosofía: El momento es el todo, al pincho lo demás.

Como variables tenemos a una mujer, abogada dedicada al rubro del tributo, ex-pareja del actual presidente de la Corte de Justicia de Amazonas, Alejandro Espino Méndez, némesis de la red Fujimori-Montesinos por las investigaciones a supuestas actividades en lavados de activos y narcotráfico, investigó el tráfico de armas que paró a las FARC, además de iniciar las investigaciones a Fernando Zevallos por el caso Aerocontinente.

Se sospecha (en la prensa existe mucho de esto, y es placentero hacerlo) que por los antecedentes, más los intentos de asesinatos, es un ajuste de cuentas bien dado. Pero cabe la sospecha de ser un crimen pasional (tantas huellas dejadas en el crimen difiere del trabajo de expertos) o de ser un robo común.

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