lunes, 9 de noviembre de 2009

Trabajo del Profesor Eloy Jáuregui (XXII).

Tristan Tzara había descubierto muchas cosas desde el concierto de Bach y Wagner. Cada melodaía que oye evoca un tiempo distante, nuevo o renovado. Desde su ordenador descarga la mñúsica que no llegaban a la radio porque siempre supo que no todo era comercial. Desde el mellotrón, un Stradivarius, tal vez una conga, sintetizadores, hammond, guitarras acústucas, baterías hasta los sin par instrumentos de Les Luthiers con latas. Pero recordar el tiembre fue el inicio de su búsqueda por la melodía. Se iba a los mercados al atardecer y comparaba las cuerdas que maullaban con la voz metálica de un sordomundo, el relinche como pareja perfecta del pututo.

- ¿Vas a comprar algo?
- No, sólo escucho.

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